domingo, 23 de octubre de 2011

Olivicultura: entre la cosecha mecanizada y la búsqueda de calidad

Olivicultura: entre la cosecha mecanizada y la búsqueda de calidad

Algunos entienden que el cambio solucionará los problemas que genera la falta de trabajadores; otros dicen que daña los cultivos.

domingo, 23 de octubre de 2011
Olivicultura: entre la cosecha mecanizada y la búsqueda de calidad Cambiar los olivos demanda cinco años, y no todos los productores pueden hacerlo. (Los Andes)

Al igual que lo que ocurre en otros productos de base agrícola, la falta de mano de obra para levantar la cosecha es un problema recurrente en el olivo provincial. La temporada pasada, que finalizó en junio en vez de mayo justamente por la carencia de trabajadores, fue paradojal, según Alfredo Baroni, del IDR.


Es que por una parte había carencia de trabajadores y por otra parte súper producción de aceituna en Mendoza. La incidencia que tiene el valor de la mano de obra es superior al 50% en el costo total que lleva la cosecha del olivo.

El sector necesita la cosecha mecanizada, que puede costar hasta un tercio menos que la manual, con la ventaja de que lleva menos tiempo y no hay riesgo de accidentes laborales. “El problema es que las hectáreas cultivadas en Mendoza están diseñadas para la cosecha manual en vez de la mecanizada, pero sin duda hay que seguir trabajando sobre esta última”, remarcó Baroni.

El otro obstáculo, hasta ahora insalvable, es que el sector nuclea a 6.500 productores, de los cuales el 85% posee menos de 5 hectáreas. Para el productor Fabián Núñez Acosta, de la Asociación de Productores Agropecuarios de Cuyo, el faltante de mano de obra no es coyuntural, sino estructural.

En su modo de ver, la cosecha mecanizada tampoco es la panacea para el sector.
“No es para cualquier plantación, algunas veces las máquinas dañan las plantas. Además reemplazar las plantas viejas por nuevas, esto es la reconversión, demandaría 5 años como mínimo. La mayoría de los productores son pequeños y el gobierno no está volcado hacia ellos”, apuntó Núñez Acosta.

Pero también en ese orden, la Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen), en conjunto con el IN TA, realizó en el mes de junio, según Mario Bustos Carra, de la Cámara Olivícola de Mendoza, una demostración de máquinas para cosecha mecánica, que tuvo una excelente aceptación entre los integrantes del sector.

“Esto nos estaría indicando una tendencia a incrementar la práctica de recolección de frutos por ese medio, tal como se hace en Europa”, apuntó Bustos Carra.

La carencia de trabajadores en el olivo también tiene sus razones: por una parte, la formalización de los cosechadores por el miedo lógico que manifiestan de perder los beneficios sociales, y por otra parte, la competencia de otros cultivos como la vid, donde los pagos acaban siendo más rentables para los trabajadores.

Dudas en el horizonte
En términos macro, según datos de ProMendoza en base a la Deie, la provincia ocupa el cuarto lugar en la producción nacional de aceite de oliva virgen. Comparando el 2009 y el 2010, la facturación por ventas externas de la provincia se desplomó un 50%.

Así de los 14 millones de dólares que en promedio vendió Mendoza al mundo, el 2010 lo cerró con sólo U$S 7 millones. Sin embargo, este año todo indicaría que la producción será abundante. De acuerdo a cálculos de la Cámara Olivícola de Mendoza, unos 70 millones de kilos dejó la cosecha del olivo en la provincia.

Pero además, el otro frente que deberán enfrentar los hombres del sector son los bajos precios internacionales, que ya se venían registrando hace unos años por la sobreoferta de aceite de oliva subsidiado. “Este año habrá mucha más presencia comercial de aceite de oliva de Italia y España, que llega con precios más bajos y que inundarán Brasil”, afirma Marcos Abihaggle, de ProMendoza.

“El precio es de U$S 2.500 la tonelada a nivel internacional. El fijador de precios es España, que este año seguirá inundando con su aceite refinado los mercados mundiales”, remarcó Núñez Acosta.

La calidad y consumo
Ante este panorama, los hombres y mujeres del sector esgrimen una sola salida posible: trabajar sobre la calidad para diferenciar en precio al aceite de oliva regional, no sólo en el mercado externo, sino también en el interno. A propósito, el consumo de aceite de oliva por persona en el país no supera los 200 gramos, mientras que los españoles consumen 15 litros anuales.

El Panel de Cata, que propulsa la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo, tiene como objetivo el desarrollo de la calidad del aceite de Mendoza. “Básicamente se realizan análisis sensoriales, junto a los parámetros químicos que establecen desde el INTI, regidos por el Comité Olivícola Internacional”, apuntó Mónica Bauzá, de la UNCuyo.

El otro eje en el cual están focalizados los hombres y mujeres del sector es disparar el consumo del aceite de oliva regional entre los turistas.

Hace unos días, representantes de entidades olivícolas de la provincia y funcionarios del Ministerio de Producción, Tecnología e Innovación de Mendoza, acordaron avanzar en la institucionalización de la “Mesa Provincial” del sector. 

En la mesa analizaron opciones de financiamiento para la compra de máquinas cosechadoras, y evaluaron mecanismos de cooperación que ofrece el gobierno italiano y acciones de promoción.

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